Conclusiones III Encuentro de Voluntariado de Avilés:

Conclusiones III Encuentro de Voluntariado de Avilés:

Publicado el 27-06-2023 28-06-2023 al 06-07-2023 Actividades

La Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Avilés organizó este Encuentro en el que se abordó la temática propuesta desde la Mesa de Voluntariado del municipio: “Voluntariado y bienestar Emocional”. Para tratar el tema se dividió la mañana en dos partes:

En la primera, a través de una conferencia impartida por D. Fernando Chacón Fuertes bajo el título de  “voluntariado y bienestar emocional (ver/descargar la presentación en este enlace) se hizo un repaso a través de los múltiples estudios que relacionan el bienestar emocional y la salud (mental y física) con el voluntariado, tanto para las personas voluntarias como para las personas destinatarias de la acción voluntaria.

La conferencia toma como punto de partida el Dictamen de 2019 del Comité Económico y Social Europeo «El voluntariado: los ciudadanos construyen el futuro de Europa» en el que se concluye que “La prescripción social es una forma de combatir la mala salud sin necesidad de recurrir a la prescripción de medicamentos, o como complemento a estos. El voluntariado se ha convertido en una parte eficiente y cada vez más popular de los programas de prescripción social. Las investigaciones demuestran que el voluntariado tiene efectos positivos en la salud mental y que participar en actividades de voluntariado en el marco de la prescripción social aporta beneficios. El CESE considera que en Europa debe aplicarse más ampliamente el voluntariado como práctica de prescripción social en el contexto de la recuperación tras la COVID-19, y que debe hacerse un estrecho seguimiento de sus repercusiones” 

A partir de esta entrada el ponente fue haciendo un repaso de esos múltiples efectos beneficiosos del voluntariado desgranando los distintos estudios en que se sustenta tal afirmación para finalmente concluir cuestionando la misma prescripción social del voluntariado si esta no se hace en condiciones adecuadas. En ese sentido hizo una comparación entre dicha prescripción social en nuestro país y en países donde ésta se viene realizando desde hace años, concluyendo que para que ésta funcione adecuadamente se cuenta con la figura de la “persona trabajadora de enlace*”, una figura que hace de puente entre el servicio de salud que prescribe el voluntariado y la entidad que acoge a la persona voluntaria

Define así a esta “persona trabajadora de enlace” como una persona no habilitada para ejercer funciones clínicas, que consultará con el paciente después de la derivación inicial y que a pesar de no estar capacitados clínicamente, han de recibir formación sobre cómo impartir programas de prescripción social, así como someterse a verificaciones de antecedentes. En general, los trabajadores de enlace están en la comunidad dentro de organizaciones del tercer sector, como centros de voluntariado, y tienen un sólido conocimiento local de los grupos y actividades de la comunidad, aunque en algunas ocasiones están contratados por los centros de atención primaria. 

La financiación pública de dicha figura está más que justificada teniendo en cuenta que según un estudio realizado por el Voluntary Action de Leicester se estima que se podrían ahorrar casi 100.000 libras/año por centro de salud y 1.5 millones en todo el condado con la prescripción social del voluntariado.

 

En la segunda parte de la mañana, en formato mesa redonda abierta a la participación del público presente en la sala, se fueron proponiendo una serie de cuestiones a las que tanto las participantes en la mesa como el público asistente fueron haciendo aportaciones basadas en sus experiencias personales y/o profesionales.

En cuanto a la contribución del voluntariado al bienestar emocional de las personas voluntarias y de las personas beneficiarias se resaltó sin pretender redundar en lo expuesto en la conferencia, que ante todo el voluntariado da sentido de pertenencia e identidad colectiva así como significado a la vida, con algún testimonio en ese sentido en el que se manifestó que “me llena más que mi trabajo”... 

En cuanto a las personas destinatarias del voluntariado lo que se resaltó fue en dos direcciones, por un lado en el de la contribución a la transformación de la sociedad y cómo las personas juegan ese papel de reivindicación y transformación social que las propias personas destinatarias no están en condiciones de desempeñar y por otro lado la cómo la atención y apoyo de las personas voluntarias tiene una calidad (por la dedicación, la entrega, la implicación,...) que hace que sea muy valorada por las personas destinatarias de los distintos colectivos atendidos (mayores, personas con discapacidad, personas enfermas,...)  y que aporte un efecto beneficioso para su bienestar emocional que va mucho más allá de lo que es el objetivo intrínseco de la acción voluntaria. 

Eso si para que esto se cumpla y se produzcan dichos beneficios se puso de relieve la necesidad de un buen diseño y una buena gestión de los programas de voluntariado y la importancia de los procesos de captación e incorporación de las personas voluntarias, insistiendo en que no todos los puestos de voluntariado sirven para todas las personas y que es fundamental una buena formación de acogida y a lo largo del ciclo de la persona voluntaria. 

En ese sentido se señaló por parte de algunas personas que para que la prescripción social fuese efectiva haría falta esa figura de “enlace*” que facilite la incorporación de las personas voluntarias en posiciones adecuadas a ellas y en condiciones adecuadas, personas que además deben saber gestionar personas en situaciones diversas y facilitar la adaptación de éstas para que su acción voluntaria reporte los beneficios esperados para las personas destinatarias y para la organización y comunidad en que la desarrollen.
Frente a esto se manifestó por algunas personas que se echa de menos buenos procesos de captación, formación e incorporación al voluntariado en las entidades lo que lleva luego a situaciones indeseadas tanto para las personas voluntarias como para las destinatarias (describiendose incluso situaciones de “queme” -burn out- por parte de alguna persona voluntaria por esa falta de formación para el puesto, y por falta de atención y acompañamiento adecuado en las entidades y por no tenerse en cuenta ni en las decisiones ni en la organización de las actividades de voluntariado y/o de las propias entidades -con excepciones también señaladas de buenas prácticas en este sentido). 

Al hilo de esto surge pues la pregunta de qué se necesitaría entonces para que se diesen las condiciones adecuadas en las entidades y programas de voluntariado para que se pudiese alcanzar ese objetivo de bienestar emocional mediante el voluntariado, para lo que una vez más se reivindicó la figura del “enlace” como la persona que en las entidades debería gestionar al voluntariado en las distintas fases del ciclo de la persona voluntaria, debido a la importancia clave de cada una de dichas fases para que la experiencia del voluntariado genere los tan ansiados beneficios tanto para la persona voluntaria como para la persona destinataria, consiguiendo así un voluntariado virtuoso, comprometido, fidelizado y en definitiva trasformador.

Y claro, para que las entidades pudiesen tener esa figura de “enlace” que podría ser la persona coordinadora del voluntariado de la entidad, se necesitarían recursos adecuados para ello, ya que lo habitual es que la persona que hace las funciones de coordinación del voluntariado suele realizar dicha función como una más, y no la principal, de sus funciones en la entidad, tal como se manifestó por las presentes citando el último estudio realizado entre las entidades de voluntariado de Asturias el año pasado y publicado recientemente, según el cual sólo un 2% de las entidades encuestadas disponen de una persona dedicada íntegramente a la coordinación y gestión del voluntariado. 

Se concluye así, como en la primera parte de la mañana reivindicando el importante papel que las “personas trabajadoras de enlace*”, como coordinadoras de voluntariado de las entidades, pueden y deben jugar para que, tal como indica el Dictamen 2019 del Comité Económico y Social Europeo «El voluntariado: los ciudadanos construyen el futuro de Europa», la prescripción social sea una forma de combatir la mala salud sin necesidad de recurrir a la prescripción de medicamentos, o como complemento a estos y para que se pueda aplicar más ampliamente como práctica sanitaria. Utilizar la prescripción social del voluntariado sin dicha figura de persona de enlace, ni en los servicios de salud ni en las entidades de voluntariado, pone en riesgo la calidad de la acción voluntaria y va en detrimento de los beneficios para la salud física y mental tanto de las personas destinatarias como de las propias personas voluntarias, tal como se manifestó por parte de las personas participantes.

Toca pues poner de manifiesto y reivindicar la importancia de esta figura en nuestras entidades y de dotar a éstas mediante la colaboración público-privada de los recursos para ello de forma que la prescripción social se pueda generalizar con la consiguiente mejora de la salud física y mental de personas voluntarias y destinatarias de la acción voluntaria y por ende de nuestras comunidades, obteniendo así además el consiguiente ahorro para las arcas públicas tal como se indicó más arriba.

*sobre la figura del trabajador de enlace mencionado a lo largo de la sesión y su importancia para el éxito de la prescripción social del voluntariado. El trabajador de enlace desempeña varias tareas esenciales, que incluyen:

  1. Identificar las necesidades de las personas: El trabajador de enlace trabaja en estrecha colaboración con los profesionales de la salud y otros actores relevantes para identificar las necesidades sociales de las personas atendidas. Esto implica comprender los problemas de salud mental, física o sociales de los individuos y determinar cómo el voluntariado puede contribuir a su bienestar y calidad de vida.

  2. Orientar y asesorar a los profesionales de la salud: El trabajador de enlace proporciona información y orientación a los profesionales de la salud sobre cómo prescribir y promover el voluntariado como parte integral de los planes de tratamiento y apoyo. Ayuda a los profesionales a comprender los beneficios del voluntariado en la salud y el bienestar de las personas, así como a conocer las opciones de voluntariado disponibles.

  3. Coordinar y enlazar a las entidades sociales y las personas voluntarias: El trabajador de enlace se encarga de establecer conexiones entre las entidades sociales que requieren voluntarios y las personas que desean ofrecer su tiempo y habilidades. Facilita la colaboración entre las partes, asegurándose de que se cumplan los requisitos y se establezcan acuerdos adecuados. También puede brindar apoyo en la selección y capacitación de los voluntarios.

  4. Evaluar y dar seguimiento: El trabajador de enlace realiza un seguimiento del progreso y los resultados de la prescripción social del voluntariado. Supervisa el impacto que tiene el voluntariado en las personas atendidas y comunica los resultados a los profesionales de la salud y otras partes interesadas. Esta evaluación ayuda a mejorar la efectividad de la prescripción social y a ajustar las intervenciones según sea necesario.

En resumen, el trabajador de enlace desempeña un papel esencial en la prescripción social del voluntariado, facilitando la conexión entre los profesionales de la salud, las entidades sociales y las personas voluntarias. Su labor contribuye a garantizar que el voluntariado sea prescrito de manera adecuada y que se obtengan beneficios tangibles tanto para las personas atendidas como para los voluntarios y la comunidad en general.

 

 A continuación os dejamos las grabaciones de las sesiones de la mañana: